Parte 1
En el instante que tu boca toco la mía, sentí que algo en mi estómago se revolvió. Mi cuerpo se llenó con algo que se parecía a adrenalina. No sé qué fue. Un sentimiento que no conocía hasta entonces.
Totalmente nuevo para mí. Inesperado.
Tus labios tan suaves. Explorando mi boca tan ambiciosamente como si hubiese buscado oro.
Con la misma impaciencia de un niño que está a punto de abrir un regalo.
Con la misma excitación que cuando rascarías un billete de lotería.
Me sentí como algo que habías esperado por mucho tiempo y lo acabas de encontrar, lo acabas de ganar.
Todo ocurrió tan rápido.
Cada una de tus caricias dejaba huellas a mi piel.
Unas huellas para toda la vida. Como quemaduras.
Pero tus huellas, esas sí que se quedan para toda la vida, para siempre.
Empezaste tocarme lentamente. Explorando mi cuerpo con tus manos. Moviéndolos despacio, provocando que temblara. ¡Ojalá y no pares nunca!.
Cada uno de tus toques hicieron que mi corazón latiera más rápido, saltando latidos. No tuvimos sexo, hicimos el amor.
Lo hicimos con toda la pasión que podía caber en nuestros cuerpos. Lo hicimos con todas las emociones que podíamos sacar de nosotros.
Veía tu cara y me emocionaba aún más. Ver como disfrutas de mí, hacía quererte aún más. Tengo ganas de ti con solo pensarte. Con solo reflexionar en la cara llena de amor y felicidad. Todo mi interior se revuelve.
Me enamoraste. Me volviste loca. Loca por ti.
Si por lo menos sabría donde encontrarte. Si por lo menos sabría donde buscarte. Lo habría hecho sin dudar.
Solo tenerte una vez más.
Enamorarme de ti, aún más.
Si por lo menos habría visto tu cara.
Pero no la vi. O ya la olvidé…
Y desperté…
Desperté sin saber, ¿quién eres?
Descargo de responsabilidad:
Las historias están sazonadas con mucho dramatismo, y los personajes son ficticios, porque el drama comienza cuando termina la lógica. ☺